
26 Nov El día a día de un estudiante de gastronomía
La licenciatura en gastronomía es mucho más que solo aprender a cocinar. Es un camino lleno de exigencia y, sobre todo pasión. Si alguna vez te has preguntado cómo es realmente el día a día de un estudiante de gastronomía, aquí te compartimos un vistazo detrás de las cocinas.
Mañanas llenas de teoría y práctica
El día de un estudiante de gastronomía suele comenzar desde temprano. Muchas veces, las clases empiezan con teoría: clases de servicio, costeo, química de los alimentos o administración de restaurantes. Pero no esperes largas horas de solo escuchar: cada lección teórica está pensada para aplicarse directamente en la práctica.

Al medio día, los alumnos cambian las aulas por las cocinas. Los estudiantes se ponen sus filipinas, alistan los cuchillos y entran en acción. Aquí, la presión es alta: cada plato debe salir tal cual está en la receta no solo en sabor, sino también en presentación y técnica. ¡La atención al detalle es clave!

Más que solo cocinar
Contrario a lo que muchos piensan, la gastronomía no es solo aprender recetas. Los alumnos deben dominar una variedad de habilidades como:
Gestión de tiempos y recursos: En una cocina, cada segundo cuenta. Aprender a organizarse es vital.
Trabajo en equipo: La cocina es un entorno colaborativo. La comunicación y la coordinación con compañeros son esenciales.
Creatividad e innovación: Cada platillo es una expresión artística. Se fomenta la creatividad constante para destacar en la competitiva industria gastronómica.
Momentos que valen la pena
A pesar de las dificultades, la satisfacción de crear un plato perfecto, ver la expresión de alguien disfrutando tu creación o dominar una técnica compleja hace que todo valga la pena. Además, la hermandad que se forma entre compañeros es especial: se comparte una pasión, y las experiencias forjan amistades que duran toda la vida.

Estudiar gastronomía es elegir un estilo de vida donde la pasión por la comida guía cada paso. No es solo estudiar una licenciatura, es un compromiso con la disciplina, la creatividad y el amor por la cocina. Si sueñas con convertirte en chef, recuerda: cada día será un nuevo desafío, pero también una oportunidad para crecer y dejar tu huella en el mundo de la gastronomía.
¿Te atreves a vivir esta experiencia?
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