TOLUCA GUADALAJARA PROGRAMAS INTERNACIONALES
was successfully added to your cart.

Food Trucks: Gastroeconomía sobre ruedas

Hasta resulta ocioso señalar que existe una relación entre los sistemas económicos y el día a día que vivimos. La economía y sistemas de producción repercuten en todo lo que hacemos: en la gran depresión de los años treinta, la moda se hizo mínima cuando el traje de 3 piezas, paso a ser únicamente de dos, eliminado el uso del chaleco, mientras que las mujeres cambiaron los pesados abrigos por ligerísimos y sencillos vestidos; el escándalo político y social post-revolución en México permitió un género literario más atrevido y entonces la gente comenzó a experimentar con la poesía en verso libre en vez del soneto. En tiempos actuales la industria gastronómica ha tenido cambios significativos. La generación “Baby boomer”, nacida entre los cuarentas y los sesentas, tenía una visión más estable de la economía, cosa que los nacidos después de los noventas ya no pueden imaginar. Hablamos de trabajos estables, de economías menos fluctuantes… y todo esto ¿qué tiene que ver con la cocina? ¡Pues mucho! Con los modelos económicos actuales tan lábiles, los profesionales deben buscar nuevas formas de contribuir a sus entornos al tiempo en que hacen lo que les apasiona, lo cual no resulta un trabajo nada sencillo.

Con lo anterior en mente, muchos profesionales de la Industria Gastronómica han encontrado una forma de continuar con lo que para muchos de ellos es un sueño: convertirse en dueños de sus propios negocios enfocados al servicio de alimentos y bebidas. Todos los chefs sabemos que la administración e inversión económica de un restaurante es una cosa compleja: se necesita un concepto sólido, una clientela gustosa, actitud de servicio, habilidades culinarias pero sobre todo una buena inversión en el local y mobiliario.

Los “foodtrucks” en sus sentido más literal “camiones de comida” existen por antonomasia siendo parte de la cultura neoyorquina (por ejemplo) desde hace varias décadas en forma de carritos de hot dogs (si no me creen, revisen cualquier película que se desarrolle en las calles de tal ciudad) y en el resto del país acompañados de una canción y llenos de helado. El señor de los helados, emblemático en la niñez estadounidense, fué pronto fusionado con la gastronomía. Incluso los “chuckwagons” texanos fueron inspiración: estas carretas de 1866 vendían productos y algunos comestibles y tan solo continuaron en circulación como tradiciones antiguas hasta su reinvención reciente.

Lo que se realizó en pequeñas regiones de Estados Unidos, apoyado del deseo de crear platillos y presionado por la economía líquida, se emuló en todo el país y llegó al nuestro en épocas recientes.

Los primeros food trucks como los conocemos hoy no eran carritos de perros calientes ni camiones de helado, sino verdaderos restaurantes encerrados en una especie de vagoneta con diseños, creados para el beneficio de los consumidores con expertos en la cocina detrás de sus diminutas parrillas, que utilizaban ingredientes comprados el mismo día de la venta y que fueron enormemente apoyados por jóvenes consientes de la comida sana, madres que necesitaban comida para llevar a sus casas, gente que gustaba de comprar a nivel local y foodies o fanáticos de los sabores.

Hablar de la impresión de las redes sociales sobre la aceptación y propagación de negocios de comida sería ocupar tres veces la extensión de este artículo. Digamos que, gracias a estos nuevos medios, chefs asentados con food trucks de calidad, lograron establecer posteriormente restaurantes o bien, muchos más camioncitos de recetas. Nuevamente se observa el paradigma económico repercutiendo a la gastronomía pero ¡sin alterar más que el espacio!

La nueva alternativa que beneficia a chefs y profesionales de la cocina tanto como a sus clientes se ha vuelto tendencia. Ya no es necesario acudir a un restaurante de servicio francés para disfrutar de un buen queso maridado con un excelente vino , ni tampoco hacer reservaciones para degustar una pasta italiana artesanal.

Los food trucks no solo representan una manera más “sencilla” de expandir creaciones gastronómicas (a final de cuentas hallamos desde cocina al Wok y Alitas hasta los que venden ensalada lionesa y escamoles), sino la apertura de los sistemas antes restauranteros hacia la novedad de la diseminación del sabor y la técnica. No sabemos cuánto dure esta nueva tendencia, pero lo cierto es que va a la alta.

Fuentes

  • Smith, Sheryl. “Cowboy Cooking”. American Profile.

  • Bauman, Zygmunt  “Modernidad líquida”, 2000. FCE

  • http://www.tidewaterwomen.com/featured/may-2015/food-truck-pioneers

  • http://www.history.com/news/hungry-history/from-chuck-wagons-to-pushcarts-the-history-of-the-food-truck